Te conocí en el crepúsculo
De una despedida
Y mi ser consciente blasfema
El tiempo, y su brevedad.
En esos instantes,
Momentos infinitos,
Y sonrisas interminables,
Conocí tu ser,
Tu ternura,
Tu pasión,
Y tu deseo de vivir.
Me marcho contento, abatido,
Internamente convulsionado;
Entre Hamlet y Lear
Tú fuiste la pasión,
Tú el misterio
Tú el dolor
Tú mi razón
Y mi sinrazón.
Rememoraré por siempre,
las escenas de los ojos
Que se cruzan
En un espacio escénico
De verdad y misterio,
En una mesa redonda,
Que se achicó
Para nuestra cercanía.
Las tacitas imaginarias
Que bailaban en la mesa,
No eran por las vibraciones
Externas y desconectadas,
Eran las trepidaciones
De un corazón, negando
Una despedida.
Inevitable,adiós!
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